En la actividad organizada por el Campus Santiago, la Facultad de Economía y Negocios de la UTalca y el MBA Executive participaron académicos y especialistas de Deloitte, Prelafit Compliance y Colbún, quienes abordaron la temática desde las perspectivas legales, económicas y de los directorios.
La responsabilidad de la persona jurídica de una empresa es un tema que se ha tornado esencial en los últimos años. El impacto en la imagen, las finanzas y el funcionamiento de grandes firmas en los casos en que la prevención de la comisión de delitos por parte de los empleados o directivos no es efectiva, ha quedado en evidencia.
Así, también han surgido procesos judiciales en que se revelaron que las medidas de cumplimiento, si bien eran cumplidas por los subalternos, no eran respetadas por los miembros de los directorios.
En este contexto, el 23 de junio se realizó una nueva edición del Ciclo de Conversatorios organizado por el Campus Santiago. La actividad «Desafíos y oportunidades del Compliance post pandemia”, además, contó con la colaboración de la Facultad de Economía y Negocios, y el MBA Executive.
Entre sus expositores estuvieron Verónica Benedetti, directora Risk Advisory de Deloitte; Rodrigo Reyes, director jurídico de Prelafit Compliance; y Heraldo Álvarez Arenas, académico del MBA Executive de la FEN UTalca y gerente de auditoría interna de Colbun S.A. Fue el director del MBA, Felipe Arenas, quien estuvo a cargo de la moderación.
Sobre el conversatorio, la académica de la FEN UTalca y directora del Campus Santiago, Patricia Rodríguez, indicó que “es necesario discutir sobre la prevención de delitos como cohecho o lavado de activos dentro de las empresas, dado que se debe combatir la corrupción con la misma energía en el mundo privado y público. El impacto reputacional en una firma involucrada en estas investigaciones provoca daños económicos y de imagen que son muy difíciles de revertir”.
Durante la ronda de preguntas, el director del MBA Executive, Felipe Arenas, planteó que «según análisis de gobierno corporativo, que estoy realizando, da cuenta que un 33% de los directores tiene una actualización permanente sobre diferentes temas técnicos y éticos. ¿Cómo podemos enseñar ética empresarial a partir de la universidad?”
Al respecto, el académico del MBA de la FEN UTalca, Heraldo Álvarez, respondió que «creo que una de las materias fundamentales tiene que ser el ámbito ético y de comportamiento de las personas. Ojalá que la enseñanza de estos temas sea muy práctica y aterrizada. Puede haber filosofía, pero debo llevarlo a ejemplo concretos, qué es lo que pasa en la organización, en el día a día, los dilemas éticos y cómo enfrentarlos. Uno debe aprender de las lecciones de los casos de corrupción que han ocurrido en empresas, y llevarlas a las universidades, comentarlas con los alumnos, preguntarse ¿por qué esas firmas llegaron a coludirse, sabiendo que son decisiones erróneas?»
En tanto, Verónica Benedetti agregó que “a mí me gustan mucho los ejercicios de dilemas éticos, creo que uno se da cuenta que se ve enfrentado a situaciones en la que tú no sabes qué responder. Eso es algo que pasa a diario en las compañías, más de lo que uno cree. Entonces, desde las universidades es súper relevante entrenar a todos los que van a ser profesionales y que en algún minuto van a estar en una empresa, a enfrentarse a dilemas éticos y saber cómo atenderlos. A veces no hay una respuesta correcta en estos dilemas, la mayoría de las ocasiones hay que socializarlo, no es fácil tomar una decisión solo”.
Finalmente, el abogado Rodrigo Reyes manifestó que «una empresa, en general, debiera prepararse para el futuro y permanecer en el tiempo, no mirar solo a corto plazo. Una firma ética está mejor gestionada. ¿Tiene que olvidar al cliente, a la sociedad, incluso a sus empleados? No los puede olvidar, porque va generando una antipatía profunda. Una empresa que toma en cuenta a los otros y el entorno en que vive, va generando amigos y no enemigos. Hay que actuar éticamente en la vida».